Generación X

Generational Abyss

X, Y, Z. No es una fórmula matemática, no. Es la denominación que los sociólogos han empleado para categorizar su campo de estudio: NOSOTROS. Según sus clasificaciones, entre diferentes generaciones existen distancias abismales. La forma de pensar, lo que comemos, la forma de atarnos los cordones no es la misma, nos dicen. ¿Es cierto? ¡Comencemos nuestro tour generacional!

Generación XYZ

Empecemos por el baby boom, un fenómeno que supuso el incremento masivo de la natalidad en algunos países durante los años 40 y 60, y provocó un cambio considerable en la sociedad. Los baby boomers empezaban a ser protagonistas de cambio mientras luchaban por sus libertades individuales. Algunos pseudo-estudios realizados en EEUU incluso especulaban con la fantasía de que los boomers ostentaban la mayor parte de la riqueza y que su jubilación supuso una pérdida para la economía del país. Ficción aparte, prosigamos con nuestro tour generacional.

Después de los boomers (paridos como conejos) apareció la famosa generación X. Y no porque fueran muy porno -aunque es cierto que fue la época del despendole y ‘¡pezón fuera, chicas!’-. Los X representaban los primeros valores asociados a la identidad adolescente, que antes no existían como tal. Los X fueron los primeros testigos de la liberación sexual y el coqueteo con las drogas. Conocidos en España como la generación Afterpop o Nocilla, ellas parecen estar más bien lejos de poder revolucionar el mundo. Tuvieron su época dorada a final de los ochenta. Pero ya nadie habla de ellos.

Ahora están de moda las milénicas (milennials), también conocidos como la generación Y. De acuerdo con los ‘estudios’, los nacidos entre principios de los 80 y los 2000 serán los que consigan erradicar el hambre el mundo, descubrir la cura contra el cáncer o colonizar Marte. Pero los milénicos han resultado ser mucho menos cívicas y comunitarias de lo que se predijo. Precisamente, han resultado ser todo lo contrario: narcisistas y ególatras. Movidos por su causa, ellos lo publican todo en sus ochenta cuentas en ochenta redes sociales diferentes, cada una para una cosa. Aunque no dejamos de reconocer la gran labor que hacen. Ellas son las más filántropas; con un simple click en change.org pretenden cambiar el mundo. A través del llamado activismo hashtag, ellas curan las enfermedades de la humanidad echándose un cubo de hielo por encima y nominando a otras milénicas.

Las generaciones solo existen cuando son criticadas o alabadas. ¿Quién alaba o critica qué generaciones? En la mayoría de los casos la crítica proviene de personas pertenecientes a generaciones anteriores, y en ocasiones con valores conservadores que emplean el discurso del se está perdierdo o del esto con Paco no pasaba. Es evidente que tu abuela no puede entender como el jodido cubo de hielo ayuda a curar una enfermedad. Las alabanzas provienen de la creencia común de que los jóvenes son el motor de cambio de la sociedad. Pero, ¿solo los jóvenes?

Al cumplir la mayoría de edad, las generaciones pasan a lo que viene siendo la homogénea masa de personas corrientes y molientes. Individuos que por su aparente anacronía son ya incapaces de cambiar el mundo que les rodea de forma significativa. Los baby boomers, la generación X, la de la nocilla o la zurrapa, la silenciosa, la atrevida, la Peter Pan… Todas muertas. Y todas, en algún momento fueron protagonistas de cambio. Obviamente, no dudamos que la juventud sea símbolo de cambio pero eso no quiere decir que el resto de generaciones no tenga nada que aportar. Pero, Abuelas del Mundo, ¡la calle es vuestra!

¡Acabemos con la casta generacional!